Por qué un gato se frota las patas: algo más que una caricia

Cuando un gato se enrolla graciosamente alrededor de tus piernas, arqueando la espalda y frotándose la mejilla, parece la máxima expresión de afecto felino.

Sin embargo, tras este gracioso ritual se esconde un complejo sistema de comunicación que tiene poco en común con el concepto humano de mimos, informa .

De este modo, la mascota te marca como «su» territorio, dejando marcas invisibles. En el hocico, la cola y la frente del gato hay unas glándulas apocrinas especiales que segregan feromonas.

Estas señales químicas son únicas para cada animal y sirven como una especie de pasaporte. Cuando un gato se frota contra ti, mezcla su olor con el tuyo, creando un olor «colectivo» común, familiar y, por tanto, seguro.

La zoopsicóloga Maria Lebedeva explica que este comportamiento es un acto de vinculación social. En una manada de gatos, todos los miembros de la familia comparten un olor común que une al grupo y distingue a los suyos de los extraños.

Al frotarse contra ti, el gato te incluye literalmente en su «manada», reconociéndote como miembro de pleno derecho. También es una forma de comunicar información a otros gatos que puedan encontrarse contigo.

El olor comunica tu estatus, tu estado de ánimo y el hecho de que ya estás «ocupado». Es una especie de estatus del mundo felino que su mascota comparte con todos los que se acercan.

El gato rojo sigue este ritual con sumo cuidado todas las mañanas cuando la gente se prepara para ir a trabajar. Pasa varias veces por sus pies, como si intentara dejarnos el mayor número posible de sus marcas, para que sean suficientes para el largo día de separación.

No es sólo un «adiós» para él, sino un importante ritual de defensa. Curiosamente, los gatos no sólo se frotan contra las personas, sino también contra los objetos que consideran importantes: las esquinas de los sofás, las patas de las mesas, sus juguetes.

De este modo, crean un entorno acogedor y de olor familiar en el que se sienten completamente seguros. Tu casa se convierte en su fortaleza.

Si tu gato se frota contra ti con extrema insistencia, puede que se sienta inseguro y necesite más afirmación. Responda rascándole ligeramente en la base de los bigotes o detrás de la oreja, que es donde también se encuentran las glándulas odoríferas, y su gesto será comprendido.

La próxima vez que tu mascota haga tangos alrededor de tus pies, tómalo como la última señal de confianza y agradecimiento. No sólo te ha regalado una caricia, sino un mensaje escrito en el lenguaje del olfato, el más honesto del mundo animal.

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