Por qué un dormitorio fresco es más importante que un colchón caro: el regulador oculto de la calidad del sueño

Estamos dispuestos a invertir en camas y almohadas, pero a menudo ignoramos el factor más poderoso y complementario de todos: la temperatura del aire.

El ciclo del sueño está directamente relacionado con el descenso nocturno natural de nuestra temperatura corporal, y el entorno debe contribuir a ello, informa .

Cuando una habitación está demasiado caliente, el cuerpo no puede enfriar eficazmente el núcleo interno, lo que impide que el organismo produzca melatonina y entre en las fases más profundas del sueño.

La temperatura ideal para la mayoría de la gente oscila entre 16 y 20 grados centígrados, lo que parece frío para una persona despierta, pero es óptimo para una persona dormida.

Al reducir la temperatura de los 23 grados habituales a 18, descubrí que dejaba de despertarme en mitad de la noche y de levantarme destrozado. La clave es sentir frescor, no frío, así que elegir la manta adecuada es importante.

Una ducha caliente antes de acostarse, en contra de la lógica, también ayuda a la termorregulación al dilatar los vasos sanguíneos superficiales de la piel y la consiguiente liberación rápida de calor. La clave está en dejar que el cuerpo se enfríe después de la ducha, en lugar de meterse directamente bajo el edredón.

Invierte no sólo en un colchón, sino también en una buena ventilación o aire acondicionado para crear tu microclima. Este es el raro caso en que una solución sencilla y barata es más eficaz que una compleja y cara.

Lea también

  • Para qué sirven los extraños ejercicios de equilibrio: entrenamiento de músculos invisibles
  • Qué pasa si dejas de contar calorías: pasar de la aritmética al mindfulness


Share to friends
Rating
( No ratings yet )
Consejos útiles y trucos para mejorar tu vida