Límites difusos: cómo el colecho con el perro cambia las reglas en casa

Dejar que una mascota se meta en tu cama parece un acto de amor y confianza sin límites, pero hay muchos matices a tener en cuenta de antemano.

Por un lado, dormir juntos refuerza el vínculo y reduce el estrés tanto del dueño como del perro gracias a la misma oxitocina, según .

Por otro, borra límites importantes para muchas mascotas y puede provocar problemas de comportamiento. El principal argumento en contra es la posible alteración de la jerarquía.

Un perro, especialmente uno con rasgos de comportamiento dominante, puede percibir la admisión en la cama como un signo de su estatus superior en la «manada». Esto puede traducirse a veces en celos, protegiendo la cama de otros miembros de la familia e incluso gruñendo ante los intentos de mover al animal.

No todos los perros son propensos a este comportamiento, pero el riesgo existe. Artem Sobolev, adiestrador de perros, aconseja dejar claras las reglas: sólo el dueño invita al perro a la cama, y sólo cuando él quiere.

El sitio debe estar a los pies o en un borde designado, no en la almohada. Si la mascota intenta ocupar la primera posición o no se baja a la orden, debe retirársele temporalmente el privilegio para imponer la cadena de mando.

Desde el punto de vista higiénico, un perro trae a la cama polen, polvo, micropartículas de la calle y su propio pelo. Para las personas alérgicas o asmáticas, esto puede ser crítico.

Tratar a tu mascota regularmente contra los parásitos, lavarle las patas después de los paseos y cambiarle la ropa de cama con frecuencia se convierte en una estricta necesidad más que en una recomendación. Antes tenía un perro al que siempre me llevaba a la cama, y esto me creaba un curioso problema: cada noche, exactamente a las tres, empezaba a pincharme con la pata, exigiéndome que me moviera y le dejara más espacio.

Consideraba que la cama era nuestro territorio común y no entendía por qué tenía que sentarse en el borde. Tuve que enseñarle la orden «no te muevas» y mandarlo a la cama en mitad de la noche.

Para los perros ansiosos que sufren soledad, dormir junto a su dueño puede ser el mejor sedante. Pueden sentir el ritmo de tu respiración y los latidos de tu corazón, y eso les hace sentirse seguros.

En estos casos, el colecho no es un mimo, sino parte de una terapia para ayudar a tu mascota a sentirse bien. Sin embargo, es importante ser consciente de la calidad de tu propio descanso.

Las constantes patadas, ronquidos y sacudidas de tu perro pueden interrumpir las fases de sueño profundo de una persona. Si te levantas destrozado por la mañana, quizá merezca la pena plantearse el compromiso de una tumbona separada pero muy cómoda junto a la cama.

Sopesa los pros y los contras en función de la personalidad particular de tu perro. Una mascota obediente y tranquila que respete tu espacio es poco probable que cause problemas.

Pero si ya hay problemas de comportamiento, es mejor abordarlos antes de pensar en el colecho. Tu descanso y una relación sana con tu perro deben ser siempre una prioridad.

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