Puede parecer que un secador de pelo viejo está listo para tirar, pero su motor aún puede servir para algo.
Un chorro de aire caliente resulta ser una herramienta increíblemente útil para resolver tareas delicadas, informa el corresponsal de .
Se encarga fácilmente de las manchas de cera de vela en superficies de tela o manteles. Al calentar la cera con un chorro de aire caliente, se puede recoger suavemente con una toalla de papel sin dejar residuos grasientos.
Este método es mucho más seguro para el tejido que intentar raspar la sustancia solidificada con un cuchillo. El material no se daña y el color permanece inalterado.
El mismo principio funciona cuando se quitan etiquetas de precio y pegatinas viejas y endurecidas de superficies de cristal o cerámica. El adhesivo se reblandece con el calor y se despega sin necesidad de rascarlo violentamente.
Incluso las marcas de cinta adhesiva en ventanas de plástico o puertas de armarios se desprenden sin dejar rastro. Lo principal es mantener el secador a una distancia suficiente para no deformar el propio material.
Los propietarios de colecciones de sellos o descubrimientos apreciarán este método para separar suavemente los ejemplares del álbum. El aire caliente secará suavemente el pegamento viejo, lo que le permitirá retirar el sello sin dañarlo.
Tras una reforma, un secador de pelo ayuda a eliminar el fino polvo de cemento o yeso de rincones y grietas. El potente flujo de aire expulsa lo que la aspiradora no recoge, ahorrando mucho tiempo en la limpieza final.
Incluso puede refrescar y alisar brevemente el terciopelo arrugado de los cojines del sofá. El pelo se levanta y tiene un aspecto cuidado tras un suave tratamiento con un chorro caliente.
Un viejo electrodoméstico adquiere un nuevo significado, convirtiéndose en un asistente multifuncional. Su poder no reside en peinar el cabello, sino en la inteligente manipulación del calor.
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