La frase «duerme lo suficiente» está tan manida que hemos dejado de indagar en su verdadero significado
Los patrones de sueño no son sólo el número de horas, sino un complejo baile biológico de hormonas que rige nuestras vidas, informa un corresponsal de .
En general, se considera que el sueño que comienza antes de medianoche es de mayor calidad y más profundo, y esto tiene una explicación científica. Es durante este periodo, de las 23:00 a la 01:00 aproximadamente, cuando la producción de melatonina, una hormona clave del sueño y la juventud, alcanza su punto álgido.
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La melatonina no sólo regula nuestros ritmos circadianos, sino que también presenta potentes propiedades antioxidantes. Ayuda a combatir el envejecimiento celular y refuerza el sistema inmunitario.
Quienes se acuestan habitualmente pasada la medianoche están alterando, sin saberlo, el ajuste fino del sistema endocrino. Su producción de leptina (hormona de la saciedad) puede disminuir y los niveles de grelina (hormona del hambre) pueden aumentar, lo que les lleva a comer en exceso.
Sólo una semana de privación de sueño puede reducir significativamente la sensibilidad de las células a la insulina. Esto crea un prerrequisito directo para ganar peso excesivo y aumenta el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.
Durante las primeras horas del sueño, el cerebro trabaja activamente, consolidando la memoria y clasificando la información recibida durante el día. Si nos privamos de esta «limpieza nocturna», experimentamos niebla cerebral, irritabilidad y menor productividad.
Tras cambiar a un régimen de levantarme a las 6 de la mañana, me sorprendió descubrir cuánto más tiempo tengo para hacer antes de que empiece la jornada laboral. Esta sensación de control sobre mi tiempo me proporciona una increíble sensación de calma y orden interior.
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