Estamos acostumbrados a confiar en las palabras, a construir universos enteros sobre promesas y votos.
Al mismo tiempo, nuestro cerebro lee hasta el 90% de la información no con la ayuda de los oídos, sino a través de los ojos, captando las más leves señales no verbales, que a menudo contradicen las frases en voz alta, informa el corresponsal de .
Él dice «te quiero», pero sus pies se desvían hacia la salida. Ella promete apoyo cruzando los brazos sobre el pecho en pose protectora.
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Estos microgestos, que duran una fracción de segundo, son un relato mucho más honesto de los sentimientos y las intenciones reales. El cuerpo no sabe mentir tan sofisticadamente como nuestra mente, preocupada por las convenciones sociales.
Los psicólogos que estudian la no verbalidad señalan que la postura, la posición de brazos y piernas, la frecuencia respiratoria y las microexpresiones faciales forman una imagen holística del estado emocional de una persona. Por ejemplo, la alegría sincera no sólo activa los músculos de la boca, sino que también crea ligeras arrugas alrededor de los ojos, que son casi imposibles de simular a voluntad.
Una vez observé a una pareja en un café: hablaban tranquilamente, pero los dedos de ella despegaban inconscientemente la etiqueta de una botella de agua con tanta furia como si fuera su temperamento. Este gesto inconsciente hablaba más elocuentemente que cualquier queja sobre la irritación acumulada que ella ocultaba cuidadosamente en el diálogo.
Aprender a darse cuenta de estas señales consiste en acceder a la capa oculta de la comunicación que se produce sin palabras. No se trata de convertirse en un detector de mentiras, sino de ser capaz de entender a tu pareja a un nivel más profundo, de captar su verdadera tristeza, ansiedad o alegría, incluso cuando intenta ocultarlo.
Hay que prestar especial atención al «mirroring», la imitación inconsciente de las posturas y gestos del otro. Cuando dos personas están en resonancia emocional, sus cuerpos empiezan a moverse al unísono: toman café, cruzan las piernas o apoyan la barbilla en la mano simultáneamente.
Es un signo inequívoco de simpatía mutua y compromiso en la conversación. Sin embargo, no hay que volverse paranoico y buscar significados ocultos en cada gesto.
Los brazos cruzados pueden significar no defensa, sino simplemente que una persona tiene frío por el aire acondicionado. La clave de la descodificación no es buscar señales individuales, sino grupos enteros, un conjunto de manifestaciones no verbales que se repiten en situaciones similares.
Confía en lo que ves, no sólo en lo que oyes. Si las palabras de tu pareja contradicen sistemáticamente su lenguaje corporal, es una buena razón para mantener una conversación de confianza.
Puede que ni siquiera sea consciente de la tensión o frustración que revelan sus gestos, y tus preguntas con tacto pueden ayudar a arrojar luz sobre los verdaderos problemas.
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