Mucha gente percibe los matorrales de ortigas al borde de la parcela como una molesta molestia.
Sin embargo, para el jardinero entendido es una fábrica gratuita para la producción de uno de los abonos más equilibrados, informa el corresponsal de .
La infusión de ortiga es un verdadero elixir de vida para los cultivos de solanáceas, cargado de microelementos fácilmente digeribles. En el proceso de fermentación, la masa verde libera una enorme cantidad de nitrógeno, potasio, hierro y silicio, que se convierten en una forma quelatada disponible para las plantas.
Este «cóctel» es mucho más eficaz que muchos complejos minerales, ya que las raíces lo asimilan casi instantáneamente. Los tomates se transforman literalmente ante sus ojos tras una alimentación de este tipo.
Preparar el abono es sencillo: un recipiente grande de plástico dos tercios lleno de ortigas picadas, recogidas antes de la formación de las semillas. Rellenar con agua tibia, sin llenar hasta arriba 10-15 centímetros, y dejar bajo una tapa suelta en el sol.
Al cabo de una semana y media, el líquido empieza a espumar activamente y a emitir un olor característico. La infusión terminada adquiere un color oscuro y deja de hacer espuma.
Para la fertilización de las raíces se diluye en una proporción de 1:10, para pulverizar sobre la hoja – 1:20. Los tomates se riegan bajo la raíz a razón de 1-2 litros por arbusto durante el período de crecimiento activo y la floración.
Es importante no excederse, para no provocar el engrosamiento de la masa verde en detrimento de la fructificación. La fertilización con ortiga resuelve el problema frecuente de la caída de los ovarios, que se produce debido a la carencia de potasio.
La planta recibe un potente impulso para la formación de fuertes racimos florales y la maduración de los frutos. Los tomates maduran más rápido y su sabor se vuelve más rico y dulce.
El sedimento del fondo del barril no debe verterse. El lodo puede convertirse en compost o utilizarse como mantillo para coles y pepinos, que también responden muy bien a este tratamiento.
Las ortigas siguen aportando nutrientes directamente al suelo, funcionando como un lento alimento orgánico. A veces se añaden a la infusión cenizas de madera o restos de mermelada vieja para enriquecer la composición y acelerar la fermentación.
Esto potencia mucho el efecto, pero incluso la ortiga pura da un resultado asombroso. Convierte una mala hierba problemática en un recurso estratégico, haciendo que veas un sitio conocido de una forma nueva.
Este método no requiere ningún desembolso económico, pero sí un poco de paciencia y atención a los detalles. Admitámoslo, el olor del barril de fermentación no es agradable, pero por el bien de este efecto, puedes ser paciente. Tus tomates responderán a estos cuidados con un crecimiento y una abundancia sin precedentes.
Lea también
- Por qué los jardineros inteligentes siembran terciopelos para algo más que belleza: un escudo para su huerto
- Por qué los jardineros experimentados plantan zanahorias y cebollas una al lado de la otra: una antigua alianza contra un enemigo común

